Rafael Terry

Nació en el Puerto de Santa María (Cádiz), donde pasó su infancia y parte de su juventud. Una vez casado se trasladó a Sevilla, donde actualmente vive.

Su relación con las artes va en correspondencia con la edad. Desde niño demuestra gran interés por las obras tanto arquitectónicas y escultóricas que se realizaban en su casa y bodegas (fuentes y leones del jardín, Sagrado Corazón de Jesús de las bodegas, etc.), obras del escultor Juan Bottaro, quien vivió bajo el mecenazgo de la familia. En su época de colegio, demostró gran entusiasmo y habilidad en el dibujo tanto artístico como técnico.

Ya en su madurez, se ha dedicado a investigar diferentes técnicas, tanto pictóricas como escultóricas, para  ingresar en un estudio-taller cuya profesora le descubre el mundo de la escultura, primero trabajando el modelado en terracota y posteriormente en cera,  que utilizando la técnica denominada «fundición a la cera perdida», dá como resultado la obra en bronce que aquí se presenta.

Si a todo lo anterior  añadimos la que ha sido su gran afición, la caza, que le ha llevado a viajar por varios continentes, unido a su gran capacidad para observar la naturaleza, se entiende que en muchas de sus obras quede plasmado parte de esos momentos y detalles de las situaciones y paisajes vividos.

Por indicación expresa del artista, quiere que haga constar su agradecimiento a la familia, parientes, amigos y clientes que le han animado en su trabajo artístico y muy particularmente a los familiares que han hecho posible que esta página web y su contenido hayan visto la luz.